La estrategiaEl valle del Jiloca es un enclave natural de comunicaciones hacia Calatayud y Valencia, respectivamente. Los musulmanes pusieron gran empeño en esta zona, pues unía ciudades y enclaves tan importantes y estratégicas como Calatayud, Daroca, Teruel y Valencia. No es de extrañar que al ser de paso obligatorio se reforzara con fortalezas y nuevas poblaciones desde los primeros años de la invasión de esta ribera.
Todas las fortalezas no actuaban independientemente entre sí, sino que constituían un conjunto táctico-defensivo, capaz de organizarse en común ante todo tipo de luchas que pudiesen dañar a las ciudades madre (Calatayud y Daroca)
El secreto estuvo en la “Torrecilla”, torre circular de unos 3,5 metros, situada en el término de Velilla, a unos kilómetros del pueblo, adentrándose en el Rato, de tal forma que se divisa desde:
La fortaleza de Calatayud
Albarrana de Paracuellos
Fortaleza de Malvenda
La Vilulla situada al mediodía
Albarranas de Novella, Fuentes y Montón; y éstas, a su vez, avisaban a las fortalezas de Morata y Alcarraz, situadas en la otra margen del río para controlar el paso a la sierra. Estas dos fortalezas no divisaban la “torrecilla”.
¿Cuál era la función de esta torrecilla?• Avisar de los posibles contingentes de tropas que podían atacar desde el Rato, pues el resto de fortalezas no divisan este vasto territorio, de ahí la necesidad de albrranas.
• Avisar del peligro o ataque de tropas que pudiesen venir de Daroca o Valencia con el fin de sitiar la fortaleza madre o, incluso las fortalezas de su distrito.
• Avisar al resto de fortalezas de que en la fortaleza madre hay peligro, para ello previene a las demás para que se preparen o ayuden.
• Avisar de posibles peligros provenientes de la sierra.
¿Cómo se llevaba a cabo este aviso? Mediante señales de humo.
Si el peligro venía del Rato, la torrecilla ponía en segundos en alerta a todas las fortalezas, incluida la madre mediante estas señales de humo de potentes hogueras.
Si el peligro venía de Daroca, las albarranas de Montón y Fuentes avisaban a la torrecilla y ésta a las demás.
Si el peligro venía de la sierra, las fortalezas de Morata y Alcarraz avisaban con homo a las albarranas de Fuentes y Novella y éstas a la torrecilla que informaba del aviso general de peligro.
La misma situación si el peligro venía de Calatayud, o de otro sitio que hubiese mandado información a Calayud por otros valles.
La noción del tiempo era distinta ala actual. El desplazamiento era lento y el proceso de información muy rápido, pues en unos segundos se informaba a toda la ribera del peligro, dando tiempo de sobra de guarecerse y hacerse con víveres, evitando, así, el ataque por sorpresa.
Es de suponer que, de igual manera que en esta ribera había un conjunto defensivo táctico en común, en otras riberas seguirían procesos similares, de manera que se pudiera poner en alerta todo un distrito. Tal es el caso del muro del Masilón, situado detrás del castillo en dirección a Armantes.