Cantidad de envíos : 67 Localización : Teruel frontera Gremio/Familia/Estamento : mercenario a sueldo base Fecha de inscripción : 11/09/2008
Tema: el Golem, una leyenda judía Miér 05 Nov 2008, 02:06
No tiene mucho que ver con los ebreos de Calatayud, a no ser que queráis incorporar uno, pero, es una de las leyendas judías que más me fascina. Una de las leyendas más extrañas dentro de la realidad mágica de los judíos europeos proviene de uno de los ghettos más viejos de ese continente. Dentro de la antigua ciudad de Praga, capital de Checoslovakia, existe un ghetto viejísimo de más de ocho siglos de antigüedad conocido como Josefov, o la ciudad de José. Este ghetto tiene un sinnúmero de santos talmúdicos y personalidades religiosas a los cuales los judíos han venerado a través de los años. El más famoso de todos estos santos judíos probablemente lo fue el rabí Judah Loew ben Bezalel, también conocido con el acrónimo de el Majaral, o “el más venerado maestro y rabí”. El Majaral, el cual vivió del 1512 al 1609, era todo un humanista del Renacimiento. Además de ser rabí y maestro religioso de los judíos, el Majaral también era un filósofo, astrólogo, astrónomo, y observador de las ciencias naturales. Sin embargo uno de los talentos más exóticos por los cuales el Majaral fue conocido fue por sus conocimientos en la magia y en el kabbalah. En la Praga de hoy en día todo el mundo conoce la leyenda del Golem del rabí Loew . En aquellos tiempos del Majaral, los judíos del ghetto cargaban el peso, no sólo de sus faenas cotidianas, sino que también de los problemas y prejuicios con los que se enfrentaban a diario con sus vecinos cristianos. Uno de los peores rumores con los cuales se enfrentaban los judíos en los tiempos del Majaral era el mito de el ritual de la sangre. De acuerdo a este rumor, los judíos secuestraban niños cristianos y los sacrificaban para usar su sangre en la preparación del matzo, o pan sin levadura, el cual se comía principalmente durante sus días de fiesta religiosos. Cualquier asesinato o accidente fatal que le sucedía a algún niño o joven cristiano se le era atribuído a los judíos, y muchos judíos inocentes terminaron linchados en medio de reyertas cristianas en busca de venganzaEl rabí Loew, consciente de la situación de su pueblo judío, decidió encontrar una solución a tanto problema que acosaba a su rebaño usando la magia. Fue entonces cuando el Majaral comió de la fruta prohibida del árbol de la vida, del kabbalah, y siguiendo las enseñanzas esotéricas del Sepher Yetzirah, moldeó una pila de fango que tomó del río Moldavka, y creó un hombre de barro. Este Golem traído a la vida por el Majaral fue creado con el propósito de ayudar a los judíos del ghetto con sus faenas diarias y a la vez protegerlos de las masas ingnorantes cristianas. Para darle vida, el rabí escribió sobre la frente del Golem la palabra Emet, que en hebreo significa ‘verdad’.
Al principio, el Golem fue indispensable en la comunidad del ghetto, pues ayudaba con todo tipo de tareas cotidianas y mundanas, construyendo, limpiando, y cargando agua, ya fuera de día o de noche. Sin embargo el Golem también estaba sujeto a las leyes talmúdicas hebreas como el resto de los judíos, y por ende, no podía trabajar durante el Sabath, o el sábado. Así que en este día de descanso, el rabí le borraba la primera letra de la inscripción escrita en la frente del Golem, el aleph, lo que dejaba inscrito solamente la palabra Met, que en hebreo significa ‘muerte’. Una vez borrada la letra aleph, el Golem perdía el soplo de vida, y descansaba el resto del día.
El Golem se incorporó a la vida del ghetto sin ningún tipo de percances hasta un sábado en el cual al rabí se le olvidó borrarle el aleph de su frente el Golem se tornó en contra de toda la comunidad, y comenzó a destruir el ghetto, casa por casa. Cuando el Majaral fue alertado sobre las acciones del Golem, ya el monstruo había destruído casi media ciudad. Entonces el rabí se apresuró, se le acercó al Golem, y con un sencillo movimiento de su mano, le borró el aleph a la inscripción sobre su frente, y en ese mismo momento el monstruo cayó sobre la tierra y murió. Ante los ojos de la comunidad aterrorizada, el monstruo se secó, y el barro se tornó en arcilla dura y árida.